¿Sientes Mareos Durante el Ejercicio? Descubre por qué y cómo Evitarlo

¿Sientes Mareos Durante el Ejercicio? Descubre por qué y cómo Evitarlo

¿Alguna vez has sentido que el mundo gira mientras entrenas? No te preocupes, es más común de lo que parece. El mareo durante el ejercicio puede ser frustrante, pero también es una señal de que algo en tu cuerpo necesita atención. Hoy te explicaremos qué lo causa, cómo prevenirlo y cuándo es momento de buscar ayuda.

¿Por qué ocurre el mareo al hacer ejercicio?

El mareo puede tener varias causas, y muchas veces está relacionado con dos factores principales:

  1. Sistema vestibular: Este sistema, ubicado en tu oído interno, es el encargado de mantener el equilibrio. Si haces movimientos bruscos con la cabeza o cambias de posición rápidamente, puedes alterar su funcionamiento, lo que causa mareo. Algunas personas tienen disfunciones en este sistema, lo que las hace más propensas al vértigo (Lawson et al., 1999; Stevens et al., 2008).
  2. Presión arterial: Otro gran culpable del mareo es la presión arterial baja. Si te levantas rápido después de estar acostado o sentado, o si realizas ejercicios muy intensos, tu presión puede bajar de golpe, provocando una sensación de vértigo o desmayo (Kroenke et al., 1992; van Leeuwen et al., 2017).

Síntomas que no debes ignorar

Es importante conocer los síntomas que acompañan al mareo para poder actuar a tiempo:

- Inestabilidad o vértigo: Sentir que el mundo gira o se mueve a tu alrededor.

- Náuseas: A menudo vienen acompañadas de mareo, sobre todo si es causado por el sistema vestibular.

- Visión borrosa: Un signo claro de que tu presión arterial está cayendo (Lawson et al., 1999).

Si alguno de estos síntomas aparece durante tu entrenamiento, es hora de prestar atención a tu cuerpo.

¿Cómo prevenir el mareo durante el ejercicio?

¡No te preocupes! Hay formas de prevenir estos episodios para que puedas seguir disfrutando de tu rutina sin interrupciones:

  1. Controla tu presión arterial: Si tienes tendencia a sufrir mareos, toma tu presión antes y después de entrenar. Evita los movimientos bruscos o cambios rápidos de posición (van Leeuwen et al., 2017).
  2. Ejercicios para tu equilibrio: Existen rutinas que pueden ayudarte a mejorar la estabilidad y fortalecer el sistema vestibular. Movimientos de cabeza controlados o caminatas lentas son excelentes para reducir los mareos. Empieza de manera gradual y aumenta la intensidad con el tiempo (Stevens et al., 2008).
  3. Ve despacio y con calma: Aumenta la intensidad de tu entrenamiento de forma progresiva. Darle tiempo a tu cuerpo para adaptarse es la clave para evitar mareos repentinos (Limburg et al., 2019).

Cuándo buscar ayuda

Si el mareo persiste o se acompaña de otros síntomas como dolor de pecho, pérdida de audición o desequilibrio extremo, es momento de acudir a un profesional de la salud. Ellos podrán identificar si hay alguna condición subyacente que esté provocando estos episodios (Kroenke et al., 1992).

¡Escucha a tu cuerpo!

Tu cuerpo es sabio y te da señales cuando algo no va bien. Prevenir los mareos durante el ejercicio es posible, solo debes estar atento a las señales y tomar las medidas necesarias. Recuerda, un entrenamiento efectivo es aquel en el que te sientes bien de principio a fin.

Conclusión 

No permitas que el mareo frene tu progreso. Con las precauciones adecuadas y el asesoramiento de un profesional, puedes superar este obstáculo y seguir adelante en tu camino hacia una vida más saludable y activa.

Referencias

Kroenke, K., Lucas, C. A., Rosenberg, M. L., Scherokman, B., JJE, H., & Wehrle, P. A. (1992). Causes of persistent dizziness. Annals of Internal Medicine, 117(11), 898.

Lawson, J., Fitzgerald, J., Birchall, J., Aldren, C. P., & Kenny, R. A. (1999). Diagnosis of geriatric patients with severe dizziness. Journal of the American Geriatrics Society, 47(1), 12–17.

Limburg, K., Schmid-Muhlbauer, G., Sattel, H., Dinkel, A., Radziej, K., Gonzales, M., et al. (2019). Potential effects of multimodal psychosomatic inpatient treatment for patients with functional vertigo and dizziness symptoms. Psychology and Psychotherapy, 92(1), 57–73.

Stevens, K. N., Lang, I. A., Guralnik, J. M., & Melzer, D. (2008). Epidemiology of balance and dizziness in a national population: Findings from the English Longitudinal Study of Ageing. Age and Ageing, 37(3), 300–305.

van Leeuwen, R. B., Colijn, C., van Wensen, E., & Bruintjes, T. D. (2017). The dizzy patient: Consider a second diagnosis. The Neurologist, 22(3), 69–71.

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