Si alguien te pregunta: ¿El alcohol es perjudicial para tu salud? No cabe duda que un amplio porcentaje de personas dirían que sí, ahora bien, si cambiamos la pregunta ¿Cuáles son los efectos del alcohol en nuestro rendimiento al hacer ejercicio? Hay algunas cosas que tenemos que poner encima de la mesa para entender mejor las posibles consecuencias.
Primero que todo, partimos de la idea de que todos somos seres únicos e irrepetibles, por lo tanto, la ingesta de una misma cantidad de licor nos afecta de manera distinta a cada persona. Obviamente hablaremos de generalidades, pero está bien recordar que cada uno tiene respuestas fisiológicas que pueden distar de las conclusiones de las investigaciones (1).
Si debemos resumir, no es recomendable entrenar tras haber consumido alcohol. Ahora bien, según la literatura estudiada se concluye que puede dañar la fuerza, potencia, resistencia muscular y resistencia cardiovascular, además de perjudicar la síntesis de proteínas musculares, proceso que aumenta el tamaño y ayuda a la reparación muscular, incluso, con un consumo óptimo de nutrientes después del ejercicio. Además, altas concentraciones de alcohol, pueden estar asociadas a baja del rendimiento muscular, creando alteraciones hormonales, sobre todo después de realizar ejercicios nuevos y de alta intensidad (2,3).
Uno de los elementos más importantes a la hora de hacer actividad física es realizar los movimientos con la mejor técnica y calidad posible, lo que conllevará a prevenir posibles complicaciones corporales, teniendo en cuenta eso, lo más probable es que el consumo de alcohol deteriore tu capacidad para realizar habilidades motoras, siendo más proclive a lesiones.
Si bien es improbable que dosis bajas de alcohol, perjudiquen de manera considerable el rendimiento, como comentamos con anterioridad, cada individuo reacciona distinto y factores como momento del consumo de alcohol y estado nutricional, pueden ser determinantes en la consecución de los objetivos físicos. Es importante recalcar que la ingesta de alcohol a largo plazo, se asocia directamente a daños físicos y psicológicos e incrementa el riesgo del adquirir enfermedades asociadas al alcohol y disfunción de sistema endocrino e inmune.
Como recomendación general, no aconsejamos realizar ejercicio físico después de haber ingerido moderada/alta dosis de bebidas alcohólicas, en el supuesto que lo consumido haya sido una o dos copas/vasos lo más probable es que no afecte en demasía tu rendimiento deportivo. Toma de manera responsable y aún más importante planifica de buena manera tus entrenamientos para que puedas disfrutar de tu querido “pisco” u otra bebida alcohólica, sin comprometer tu salud y rendimiento físico (4).
